La Historia Del Dr. Carlos Sosa M.D
Permítanme una introducción: mi nombre es Dr. Carlos Sosa, Doctor en medicina (y cirujano) con domicilio actual en Medellin, Colombia, Sudamérica.
Durante el mes de mayo de 2006, me vi obligado a desplazarme de mi casa debido a los síntomas que padecíamos tanto yo como mi familia, causados por las microondas de un mástil de antenas de microondas de Internet (WiFi) y otros servicios inalámbricos.
La estructura llevaba colocada en nuestro edificio casi tres ańos y la compańía que lo explotaba incrementaba poco a poco la frecuencia de transmisión. En Mayo/06 comencé a tener problemas de salud: dolores de cabeza, vértigos, insomnio, náuseas, irritabilidad, amnesia o falta de memoria y déficit de atención o de capacidad de la concentración. No podía soportar el tener cerca de mi casa a ningún otro mástil emisor de microondas, bien fuese de telefonía celular, o antenas de WiFi. Tanto mi familia como yo, tuvimos que irnos de nuestra casa, pero descubrí que la ciudad estaba inundada por unos 4000 mástiles de antenas, esto hacía que difícilmente pudiésemos vivir dentro de la misma. Podía detectar desde lejos los campos electromagnéticos emitidos por estos bloques de antenas antes de incluso verlos.
Muchas veces sentía como una quemazón detrás de la cabeza, (en el occipital). Tuvimos que mudarnos de apartamento hasta 5 veces en la ciudad porque la situación era igual allá donde fuésemos. No podía encontrar paz física o mental dondequiera que fuera dentro de la ciudad. No podía estudiar de nuevo, como médico esto es una tragedia. El estudio es mi vida y no podía recordar o concentrarme. Tuve que dejar mi puesto de trabajo en el hospital porque había varios mástiles de antenas de teléfonos celulares alrededor del mismo. Sentía inquietud cuando estaba en el servicio de urgencias porque la contaminación electromagnética era muy elevada allí.
A pesar de que solicité ayuda a las autoridades sanitarias locales y al ministerio nacional de comunicaciones de Colombia, nadie me ayudó realmente. Envié mis informes escritos con evidencia médica a nuestra secretaria de salud de la ciudad, pero no prestaron atención.
Algunos meses más tarde, conocí al Dr. Guillermo Rea que trabaja en la clínica ambiental de la salud en Dallas, Tejas y le pedí ayuda porque era consciente de que padecía el “síndrome de las microondas” con alteraciones fisiológicas.
En las universidades de Colombia, no forman a los médicos para tratar este problema y en los países de alrededor tampoco. Es más, siendo doctor en medicina, soy consciente del DOGMATISMO Y LA IGNORANCIA de la profesión médica. A pesar de esto, me puse en contacto con un neurólogo muy prestigioso que había estudiado en Gran Bretańa. Él incluso no sabía que el “síndrome de microondas” existía en medicina, e intentó reírse antes de que le mostrara mi paquete con unas 2000 publicaciones médicas de todas las especialidades escritas por doctores de todo el mundo.
En Dallas pude conocer a gente de los cinco continentes con exactamente mi misma historia: habían estado expuestos a la radiación de microondas de un mástil que estaba a uno, dos, tres o cuatro bloques más lejos. No consideraba la posibilidad de sobrevivir en la medida que mis funciones neurológicas estuvieron afectadas profundamente. Hubo un tiempo en que consideré que mi mejor opción era el suicidio.
El Dr. Rea me diagnosticó una encefalopatía tóxica, disregulación inmune y disautonomía. Todos estos diagnósticos son una consecuencia directa de la irradiación de microondas. Permanecía en la habitación de la clínica durante media hora con un tratamiento para recuperar mi salud. Sabía lo seria que era mi situación. Básicamente toda mi vida, mi profesión y mi integridad neurológica estaban en juego. El Dr. Rea me enseńó mucho y le estaré eternamente agradecido, aunque él pretendía que estuviese unos dos o tres meses, mi situación económica no lo permitía. El primer día tuve que gastar casi todo mi dinero en exámenes de laboratorio. Los pronósticos médicos en la clínica tuvieron toda la gama de posibilidades desde sin solución, recuperación parcial, síntomas funcionales, a la curación total. Volví a Colombia en busca de un lugar libre de microondas y estuve en diez ciudades entre Colombia y los estados de alrededor del país. La nación está contaminada totalmente por la radiación electromagnética y, Colombia está peor que cualquier ciudad de los Estados Unidos o de Europa. Finalmente decidí buscar un lugar en las montańas de los Andes, era un sitio hermoso, una vieja casa sin electricidad en un bosque con aire puro, (interesados escribir por favor a karlkropotkin@yahoo.com).
Aunque podría detectar los campos electromagnéticos que venían probablemente de unidades de radar, había una reducción grande en los síntomas lo que permitió que comenzara a recuperarme. Permanecí allí 5 meses pero tuve que volver a la ciudad, porque comenzaba a sentir las microondas de los aviones que cruzaban el cielo. Desafortunadamente, había una ruta internacional de navegación aérea y sintiéndolo mucho tuve que irme de nuevo a la ciudad.
Fue el Dr. George Carlo, jefe de un estudio epidemiológico del CTIA de los Estados Unidos, quien denunció públicamente la evidencia de que había referencias sobre los dańos genéticos, linfomas, la ruptura de la barrera hemato-encefálica, etc. Los criterios usados en medicina y en epidemiología para establecer específicamente una relación causal entre un químico, agente bacteriano o físico y la enfermedad, fueron satisfechos en menos de diez ańos, estos criterios, conocidos como los postulados de Koch-Henle, han probado que las microondas de la telefonía móvil afectan a la salud humana de forma catastrófica, pero ningún gobierno a nivel mundial lo ha tenido en cuenta. Solamente con la voluntad de los pleitos los cambios llegarán a ser eficaces. Mi caso, como el caso de otros doctores médicos que son o han sido electro-sensibles, no es más que otra versión moderna de la infamia. Entre éstos está el caso de la directora anterior del WHO (OMS), y del primer ministro noruego. La exdirectora Gro Harlem Brundtland prohibía a los periodistas usar los teléfonos móviles en su oficina debido a su EHS (electro-hipersensibilidad). Las noticias se hicieron públicas en Noruega y Suecia y unos meses más tarde, tuvo que abandonar la dirección de la Organización Mundial de la Salud. Muchos seńalan a Michael Repacholi (máximo responsable medioambiental de la OMS) y a la industria de la telefonía móvil como autores de esta proscrición. La Dra. Brundtland se hizo paciente en Dallas, así como el Dr. Arturo Firstenberg y La Dra. Lisa Nagy. No hay duda: el síndrome de las microondas no solamente es el experimento más grande de la historia de la humanidad, sino también es una de las epidemias más grandes registradas en medicina (después de la peste negra, la gripe, la malaria, el SIDA, etc).
El departamento de salud del estado de California está estimando que el número total de personas afectadas en los Estados Unidos por EHS o el síndrome de las microondas es sobre UN MILLÓN. En ningún libro o revista de medicina en el mundo, sea de genética, fisiología, histología, biología molecular, bioquímica, microbiología, medicina interna, pediatría, cirugía, neurología, cardiología, o cualquier otro texto dice que la célula humana esté diseńada para soportar día y noche la radiación de las microondas, durante ańos. Esto es una creación, una invención o una mentira de la industria de la telefonía móvil que fue creada por ingenieros, físicos, electricistas y muchas veces, por graduados de la escuela primaria que no tenían ninguna credencial y ningún conocimiento de medicina. Ésa es la razón por la que muchos de nosotros estamos enfermos o incluso algunos realmente mueren.
Mientras la industria de la telefonía móvil posea a la Organización Mundial de la Salud, el crimen continuará. La credibilidad de la OMS tiene un boquete que se extiende más allá de la transparencia. El conflicto ético es patente. La epidemia internacional del síndrome de las microondas está alcanzando los niveles del genocidio. Y Michael Repacholi es internacionalmente responsable de CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD.
Conocimientos de ello, los hay desde los ańos 20. Descrito originalmente en la antigua Unión Soviética durante los ańos 40 y 50, el síndrome de las microondas, también llamado Electromagnetic Hypersensitivity, enfermedad de las microondas, de la radiofrecuencia, del radar, sensibilidad eléctrica, enfermedad del teléfono célular, enfermedad del mástil del teléfono célular constituye un CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD a nombre de la industria internacional de la telefonía móvil. Los informes médicos soviéticos describían ya la acción perjudicial de los campos electromagnéticos en seres humanos en los ańos 20. El bombardeo con microondas de aproximadamente el 80-90% de la población humana es, según el Dr. Leif Salford del departamento de neurocirugía de la universidad de Lund en Suecia, el experimento más grande contra la humanidad y los códigos de la ética han sido violados por la Organización Mundial de la Salud controlada por la industria de la telefonía celular desde 1996. El síndrome de las microondas o la hipersensibilidad electromagnética, constituyen una acción criminal que ha violado la ética médica, el código de Nuremberg, la declaración de Helsinki, y los derechos humanos de la HUMANIDAD como especie. Es un HOLOCAUSTO internacional responsable de la muerte de millares de personas alrededor del mundo. No hay una sola autoridad sanitaria en Gran Bretańa, los Estados Unidos, Espańa, Alemania, Francia o Colombia que nos cuide. Considerando la literatura médica de la ex Unión- Soviética, de Polonia y de Checoslovaquia, el número total de referencias médicas internacionales referentes a este problema es inmenso y comenzaron a ser publicados hace más de 80 ańos. El problema no es nuevo.
Además, el gobierno británico sabía de los síntomas de los operadores de las antenas de radar durante la segunda guerra mundial: los mismos síntomas que padecen quiénes están bajo la exposición a microondas de los mástiles de los teléfonos celulares. Ni un solo gobierno en el mundo lo tiene en cuenta debido a la implicación de grandes sumas de dinero. La Organización Mundial de la Salud, hace ańos una institución muy seria y respetable, fue comprada en 1996 por el director anterior del ICNIRP (Comisión internacional para la protección contra la radiación no-ionizante), Michael Repacholi. El ICNIRP es una organización privada que fue constituida para proteger los intereses privados de la industria americana y europea de la telefonía celular. En paralelo, los teléfonos célulares plantean un problema equivalente a los traficantes de cocaína, habrá siempre funcionarios corrompidos que están dispuestos a vender su conciencia por dinero y a mirar para otro lado. Actualmente hay una campańa internacional para someter a Michael Repacholi a la justicia internacional por CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD. Personalmente tengo a Michael Repacholi como responsable de mi EHS. Esta persona tiene que ser sometida a un proceso penal por sus acciones contra millones de seres humanos en los cinco continentes. LA OMS conocía los efectos perjudiciales décadas antes de la introducción de la telefonía móvil. A Repacholi le tuvo sin cuidado. En 1973 la OMS coordinó un congreso internacional en Varsovia bajo los auspicios del gobierno de Polonia y de la FDA (control de medicamentos) de los Estados Unidos. Los resultados de este congreso fueron publicados en el libro titulado: "efectos biológicos y peligros para la salud de la radiación de las microondas." Tengo entendido que Michael Repacholi pidió que este libro fuese quemado. Repacholi reveló recientemente que hasta la mitad de los fondos empleados en el proyecto de EMF de la Organización Mundial de la Salud procedían de la industria de la telefonía móvil. El conflicto de intereses es como tener la investigación del patrocinador de la industria del tabaco para negar que los cigarrillos son causa de cáncer de pulmón, de la boca, de laringe, el cáncer de faringe, la enfermedad coronaria, la enfermedad vascular periférica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el infarto del miocardio, etc. El Síndrome de las Microondas fue descrito originalmente por los investigadores médicos soviéticos y consiste según ellos en: Un síndrome neurastenico: fatiga, irritabilidad, náusea, dolores de cabeza, anorexia, depresión, síndrome cardiovascular, vértigos: bradicardia, taquicardia, hipertensión o síndrome diencefálico de la tensión arterial baja, problemas de la memoria, dificultades de la concentración, insomnio, la exposición crónica a las microondas se asocia a lesiones dermatológicas, leucemia, a la enfermedad de Parkinson, a la enfermedad de Alzheimer, al desorden de deficit de atención-hiperactividad, a los tumores cerebrales, a los cambios en el electroencefalograma, a las arritmias cardiacas, a los problemas de la reproducción, a las alergias, al hipotiroidismo, a sinusitis, a síndrome de fatiga crónica, etc.
Era sabido desde los ańos 20 que las microondas son bio-activas, los abogados como Peter Angelos en los E.E.U.U. están haciendo una fortuna en los pleitos (similares a los realizados contra la industria del tabaco) contra la industria del teléfono móvil. No solamente eso, Motorola mintió abiertamente al gobierno federal y a sus agencias cuando indicó que tenían millares de estudios que probaron que las microondas no causaban ningún dańo. El ańo pasado, el sistema judicial de los Estados Unidos estableció que el tumor cerebral que padecia la paciente Sharesa Price era una consecuencia directa del uso del teléfono celular. Repacholi está totalmente callado ante esto, como la industria y la Organización Mundial de la Salud. Debido a esta crisis grave que casi me costó la vida, comencé a investigar en una curación posible para EHS o el síndrome de las microondas. Desarrollé un trabajo que incorpora tratamientos soviéticos anteriores y de la medicina moderna. Creé mi propia web con la esperanza de ayudar a la gente del mundo a superar esta tragedia (www.thesanctuarydrsosa.com). Vivo actualmente fuera de la ciudad en un lugar con un nivel muy bajo de radiación de microondas, “un santuario”. Colombia ha tenido algunos de los casos más asombrosos en el mundo, uno de ellos fue en Valledupar, en la parte norteńa del país. Mil personas en la vecindad de el Amparo están enfermas debido a dos mástiles gigantes de telefonía móvil. 250 casas están en venta debido a que la gente que padece del síndrome de las microondas se ha marchado. El gobierno dice que es pura coincidencia.
Deseo dedicar mi vida a ayudar a otros pacientes que como yo, estén haciendo frente a una situación infame causada por la avaricia humana. Tengo toneladas de información médica que deseo compartir con todos. Hay esperanza y la medicina, de hecho, ofrece opciones de tratamiento. Sugiero los links siguientes que pueden servirle de ayuda ante una situación desesperada como esta: 1. http://next-up.org 2. http://EMF-Health.com 3. http://c-a-r-e.org 4. http://earthpulse.net 5. http://buergerwelle.com 6. http://emfacts.com (el Dr. Don Maisch) 7. http://emrpolicy.org 8. http://mast-victims.org (POR SUPUESTO!!) 9. http://www.junipercivic.com/latestNewsArticle.asp?nid=41 (extensiones de la epidemia) 10. el Dr. Carlos Sosa, M.D. Medellin, ESTERA de Colombia Suramérica karlkropotkin@yahoo.com Paul Raymond Doyon (TESOL), mA de http://emf-portal.de 11. http://safewireless.org 12. http://laleva.org 13. http://powerwatch.org 14. http://hese-project.org 15. http://tetrawatch.net 16. http://earthlink.net 17. http://www.feb.se/EMFguru/Research/research-contents.html 18. http://www.feb.se/index.htm 19. http://www.emfguru.org/ 20. http://members.aol.com/gotemf/emf/ 21. http://wave-guide.org 22. http://www.electrosensitivity.org.uk/ 23. http://www.ahappyhabitat.com/ 24. http://www.textually.org que avanzó los estudios japoneses.
The Dr. Carlos Sosa M.D. Story.
Please let me introduce myself. My name is Dr. Carlos Sosa, M.D.
(Physician and surgeon) and I’m presently living in Medellin, Colombia in South America.
During the month of May 2006, I was forced to leave my house because of the symptoms caused to me
and my family by the microwaves of a wireless Internet (WiFi) mast (or antenna). The structure had been
in our building for nearly three years and the company that owned it had been slowly raising the
transmission frequency.
In May/06 I started feeling a terrible sense of unwellness: headaches, dizziness, insomnia, nausea,
irritability, amnesia or forgetfulness and lack of attention or concentration capacity. I couldn’t bear being
close to my house or to any other microwave mast, be it cell phone or WiFi antennas. I had to leave my
house together with my whole family just to find out that the city was flooded by some 4000 masts that
wouldn’t ’t leave a single irradiated spot for us to live in.
I could sense the electromagnetic fields that were being given off by these antennas blocks away before I
could even see them. Many times I felt like a burning candle in the back part of my head (occipital). We
had to move to five different apartments all over the city because the situation was the same no matter
where we went. I couldn’t find physical or mental peace anywhere in the city. I couldn’t study again which,
being a Medical Doctor is a tragedy. Studying is my life and I wasn’t able to remember or to concentrate. I
had to resign my position at the hospital where I worked because there were various microwave cell
phone masts around the hospital. I could not stand being inside the Emergency Service because the
electromagnetic contamination was just too high and I felt pain just trying to find a place to park the car.
That used to be my daily routine.
Despite the fact that I tried to get help from local health authorities and the National Ministry of
Communications of Colombia, nobody actually helped me. I sent my written reports with medical
evidence to our city Health Secretary. He probably laughed a lot.
A few months later I found out of Dr. William Rea who runs the Environmental Health Clinic in Dallas,
Texas. I left immediately in search of his help. I already knew I had Microwave Syndrome. The alterations
in my physiology were serious enough to seek help anywhere in the world.
In Colombia, not a single medical doctor is trained in any of the universities to treat this problem. It’s
simply not taught anywhere in pre-graduate or graduate programs in medical schools around the country.
Plus, being a medical doctor, I know of the IGNORANCE and DOGMATISM of the medical profession. If I
made it public I would be tried for witchcraft. Despite this, I tried a very prestigious neurologist who had
studied in Great Britain. He didn’t even know the syndrome existed in Medicine and he tried to laugh
before I showed him my box with some 2000 medical publications from all medical specialties written by
doctors from all over the world.
In Dallas I was able to meet people from the five continents with exactly my same story: they had been
subject to microwave radiation from a mast that was one, two, three or four blocks away.
I was not considering the possibility of surviving in the measure that my neurological functions were
deeply affected. My best option at that point in time was committing suicide and I thought about it every
hour of every day. Dr. Rea made the diagnosis of a toxic encephalopathy, immune dysregulation and
dysautonomy. All of these diagnoses are a direct consequence of microwave irradiation. It had been
many years since I had cried. I stayed in the clinic’s rest room for half an hour trying to vanish the traces
of the tears and my red eyes. I knew how serious the situation was. Basically all of my life, my profession
and my neurological integrity was at stake.
Dr. Rea taught me a lot. I will be eternally grateful to him. Though he wanted me to stay for two or three
months, my economical situation did not allow for it. The very first day I had to spend almost all of my
money in lab examinations. The medical results at the clinic spread through all of the gamut of
possibilities from no response, partial recovery, functional symptoms, to total cure.
I returned to Colombia in search of a place to hide from microwaves in the jungle. I visited tens of towns
and states around the country. The nation is totally contaminated with electromagnetic smog. And
Colombia is far better than any city in the United States or Europe. I finally managed to find a spot at one
of the turns of the Andes Mountains. It was a beautiful place with a creek, a forest, a 200 year old house
with no electricity and pure air. (All those interested, please just write to karlkropotkin@yahoo.com).
Though I could sense the electromagnetic fields coming probably from radar units, there was a big
reduction in the symptoms that allowed me to start recovering. After staying there for 5 months I had to
return to the city, because I was starting to feel the microwaves of the airplanes crossing in the sky.
Unfortunately, there was an international air navigation route on the sky and I had to leave in very much
pain back to the city.
It was Dr. George Carlo, head of the epidemiology branch of the CTIA of the United States, who
denounced publicly the evidence that they had concerning genetic damages, lymphomas, rupture of the
brain-blood-barrier, presence of micronuclei, etc. The criteria used in Medicine and specifically in
Epidemiology to establish a causal relationship between a chemical, bacterial or physical agent and
disease, were fulfilled in less than ten years, states Carlo. These criteria, known as the Koch-Henle
postulates, have proven that microwaves from cell phone telephony affect human health in a catastrophic
way.
Not a single government in the world cares. Only through litigation will changes become effective.
My case, just like the case of other medical doctors who are or have been electro-sensitive, is just
another modern version of infamy. Among these is the case of the former director of WHO and
Norwegian prime minister: Gro Harlem Brundtland. She had forbidden journalists from using cell phones
in her office because of her EHS (electrohypersensitivity). The news was made public in Norway and
Sweden. A few months later, she had to abandon the leadership of the World Health Organization. Many
point to Michael Repacholi and the the cell phone industry as authors of this proscription. Dr. Brundtland
eventually became another patient in Dallas.
Like her, Dr. Arthur Firstenberg and Dr. Lisa Nagy have become the tips of the icebergs. There is no
doubt: the Microwave Syndrome is not only the biggest experiment in the history of Mankind, but also, it
is one of the biggest epidemics recorded in Medicine (after the Black Death, influenza, malaria, AIDS,
etc). The Health Department of the State of California is estimating that the total number of people
affected in the United States by EHS or the Microwave Syndrome is over ONE MILLION people.
In not a single Medicine book or journal in the world, be it a genetics, a physiology, a histology, a
molecular biology, a biochemistry, a microbiology, an internal medicine, a pediatrics, a surgery, a
neurology, a cardiology, or any other text does it say that the human cell was designed to to withstand
microwave radiation day and night throughout the years. This is a creation, an invention or a lie from the
cell phone industry. This industry was set up by engineers, physicist, electricians and many times, by
graduates of elementary school who had no credentials and no knowledge of Medicine whatsoever.
That’s the reason why many of us are ill or actually dying. As long as the cell phone industry owns the
World Health Organization, the crime will proceed. The credibility gap of the WHO extends well beyond
the Milky Way. The ethical conflict is patent. The international epidemic of the microwave syndrome is
getting to levels of genocide. And Michael Repacholi is internationally responsible for CRIMES AGAINST
MANKIND. The knowledge was there since the 1920’s.
Originally described in the Soviet Union during the 1940’s and 1950’s, the Microwave Syndrome, also
called Electromagnetic Hypersensitivity, Microwave Disease, Radio-frequency Sickness, Radar Disease,
Electric Sensitivity, Cell Phone Disease, Cell Phone Mast Disease constitutes a CRIME AGAINST
MANKIND on behalf of the international cell phone industry. Soviet medical reports were already
describing the damaging action of electromagnetic fields on human beings in the 1920’s. The
microwaving of approximately 80-90% of the human population is, according to Dr. Leif Salford of the
Neurosurgery Department of Lund University in Sweden, the greatest experiment ever conducted against
Man. Medical ethics codes have been violated by the World Health Organization taken over by the the
cell phone industry in 1996.
The Microwave Syndrome or Electromagnetic Hypersensitivity, constitutes a criminal action that has
violated medical ethics, the Nuremberg Code, the Helsinki Declaration, and Human Rights of MANKIND
as a species. It is an international HOLOCAUST that is killing hundreds of thousands around the world.
Not a single health authority in Great Britain, the United States, Spain, Germany, France or Colombia
cares at all.
Taking into account the medical literature of the Soviet Union, Poland and Czechoslovakia, the total
number of international medical references concerning this problem easily exceeds 100 million and they
started to be published more than 80 years ago. The problem is not new. Furthermore, the British
government knew of the symptoms of the operators of the radar antennas during the Second World War:
the same symptoms that people who are subject to microwaves from cell phone masts experience.
Microwave radiation is pertinent to cause death. Not a single government in the world cares because of
the giant fortunes involved.
The World Health Organization, years ago a very serious and respectable institution, was bought in 1996
by the former director of the ICNIRP (International Commission for Non-ionizing Radiation Protection),
Michael Repacholi. The ICNIRP is a private organization that was built up in order to protect the private
interests of the American and European cell phone industry. In many regards, cell phones pose an
equivalent problem as cocaine traffickers. No matter how damaging it actually is, there will always be
corrupted officials who are willing to sell their conscience for money and look the other way. There is a
present international campaign to submit Michael Repacholi to international justice for CRIMES
AGAINST MANKIND. I personally hold Michael Repacholi responsible for my EHS. This person has to be
sent to criminal trial for his actions against millions of human beings in the five continents. The WHO
knew of this damaging action decade before the introduction of cell phone telephony in the world.
Repacholi did not care. In 1973 the WHO conducted an international Congress in Warsaw under the
auspices of the government of Poland and the Federal Drug Administration of the United States. The
results of this congress were published in the book entitled: "Biologic Effects and Health Hazards of
Microwave Radiation." I have heard that Michael Repacholi ordered this book burned.
Repacholi recently revealed that up to half of the funds raised for the EMF project of the World Health
Organization came from the cell phone industry.
The conflict of interests is like having the tobacco industry sponsor research in order to deny that
cigarettes cause lung cancer, mouth floor cancer, larynx cancer, pharynx cancer, coronary disease,
peripheral vascular disease, chronic obstructive pulmonary disease, myocardial infarction, strokes, etc.
The Microwave Syndrome, .
as it was originally described by Soviet medical investigators consists of:
– A neurasthenic syndrome: fatigue, irritability, nausea, headaches, anorexia, depression, dizziness
– A cardiovascular syndrome: bradycardia, tachycardia, hypertension or low blood pressure
– A diencephalic syndrome: memory problems, concentration difficulties, insomnia
Chronic exposure to microwaves is associated with dermatological lesions, leukemia, Parkinson’s
disease, Alzheimer’s disease, attention deficit-hyperactivity disorder (epidemic), brain tumors (epidemic),
changes in the electroencephalogram, cardiac arrhythmias, reproduction problems, allergies,
hypothyroidism, sinusitis, chronic fatigue syndrome, etc.
Because it was known since the 1920’s that microwaves are bio-active, lawyers like Peter Angelos in the
USA are making a fortune in litigation processes (similar to those against the tobacco industry) against
the cell phone industry. Not only that, but Motorola openly lied to the federal government and its agencies
when it stated that they had thousands of studies that proved that microwaves caused no ham. Last year,
the judicial system of the United States established that the brain tumor that the patient Sharesa Price
had was a direct consequence of cell phone use. Repacholi is totally silent, as so as the cell phone
industry and the World Health Organization.
Because of this grave crisis that almost cost me my life, I started investigating on a possible cure for EHS
or microwave syndrome. I developed an approach that reconstructs previous Soviet treatments and
modern medicine. I started my own site in the hope of helping people around the world to overcome this
tragedy ( www.thesanctuarydrsosa.com ). I presently live outside the city in a place with a very low
microwave radiation level- a sanctuary.
Colombia has had some of the most astonishing cases in the world. One of them was located in
Valledupar in the northern part of the country. One thousand people in El Amparo neighborhood are sick
because of two giant cell phone masts. They are selling 250 houses because of the microwave syndrome
people are suffering. The government says it’s just coincidence.
I want to dedicate my life to help other patients who like me, are facing an infamous situation caused by
human greed. I have tons of medical information that I want to share with everybody. Feel free to contact
me. There is hope and Medicine does in fact have treatment options to offer. May I suggest the following
links that might be of help to all of you who are in a desperate situation like I was:
1. http://next-up.org
2. http://EMF-Health.com
3. http://c-a-r-e.org
4. http://earthpulse.net
5. http://buergerwelle.com
6. http://emfacts.com (Dr. Don Maisch)
7. http://emrpolicy.org
8. http://mast-victims.org (OF COURSE !!)
9. http://www.junipercivic.com/latestNewsArticle.asp?nid=41 (epidemic spreads)
10. http://emf-portal.de
11. http://safewireless.org
12. http://laleva.org
13. http://powerwatch.org
14. http://hese-project.org
15. http://tetrawatch.net
16. http://earthlink.net
17. http://www.feb.se/EMFguru/Research/research-contents.html
18. http://www.feb.se/index.htm
19. http://www.emfguru.org/
20. http://members.aol.com/gotemf/emf/
21. http://wave-guide.org
22. http://www.electrosensitivity.org.uk/
23. http://www.ahappyhabitat.com/
24. http://www.textually.org
Dr. Carlos Sosa, M.D.
Medellin, Colombia
South America
karlkropotkin@yahoo.com
Paul Raymond Doyon
MAT (TESOL), MA Advanced Japanese Studies, BA Psychology
"All that is necessary for evil to triumph is for good men to do nothing"
Ver las versiones originales en francés e inglés AQUÍ