Alquerías, Murcia: AURORA NO JUEGA EN SU CUARTO. El catedrático detalla en su estudio investigaciones de otros expertos que alertan de «los efectos no térmicos» de la convivencia diaria con este tipo de instalaciones. «Efectos inmediatos que degradan la calidad de vida, como el ’síndrome de las microondas’. Los síntomas suelen ser fatiga, irritabilidad, cefalea, nauseas y anorexia...». Al igual que Lola, otra vecina de la calle San Juan que reside dentro del radio de acción que cita el informe. «Siempre he tenido jaquecas pero desde que instalaron la antena las sufro hasta durmiendo y son más fuertes. He tenido que ir a urgencias varias veces a que me pinchen».

Aurora no juega en su cuarto
La Plataforma de Madres de Alquerías presenta un pleito contra la licencia concedida para una antena de telefonía que «supera niveles recomendados»
JORGE GARCÍA BADÍA 4 Comentarios

Aurora, a sus tiernos cuatro ańos, no entiende por qué ya no puede jugar ni dormir en su habitación. «Llora por las noches porque quiere acostarse en su cuarto, pero es un sitio peligroso». Los recelos que expresa la madre de la menor, Inma, obedecen a las conclusiones del informe pericial ’Medidas de campo electromagnético en Alquerías’, donde se califica la habitación de la pequeńa como una «zona sensible» a las radiaciones y microondas que presuntamente emite una antena de telefonía móvil, situada sobre el tejado del Edificio Isabelita, en el número 3 de la calle San Juan de Alquerías.

La habitación de Aurora, según el documento, «está a doce metros de distancia de la antena». Desde la ventana del cuarto, situado en el número 4 de la calle San Juan, Inma advierte con nitidez la presencia de la Estación Base de Telefonía (BS), que ha motivado que la Plataforma Cívica de Madres de Alquerías encargue este informe pericial al catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Valencia, Enrique Navarro.

La decisión la han adoptado para aportar datos técnicos al contencioso que han interpuesto contra «la licencia de obra e instalación de actividad» que el Ayuntamiento de Murcia le concedió a la compańía de telefonía móvil. La resolución la adoptó el Consistorio el pasado 5 de febrero, a pesar de que el área de Urbanismo expedientó y sancionó a la compańía en diciembre de 2011, «por la instalación de una antena sin licencia en el Edificio Isabelita».

A lo que se suma el enorme rechazo vecinal que ha levantado el equipo desde mayo de 2011, cuando los vecinos constituyeron la Plataforma contra la Antena de Telefonía y reunieron más de 1.100 firmas contra la antena, Llegaron incluso a boicotear el pregón de las fiestas de San Juan Bautista, con una pitada en junio de 2012 contra la edil de Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá. De hecho, los miembros de la plataforma siguen concentrándose actualmente en seńal de protesta en la plaza de la Iglesia (todos los sábados a las 11.30 horas).

También han habilitado una cuenta en Cajamar (número 3058-0250-83-2720007805) donde recogen donativos para financiar las tasas judiciales y la minuta del abogado para conseguir que retiren la antena por vía judicial. La instalación está en pleno casco urbano, y, según las conclusiones del informe pericial, «los niveles de radiación aumentan con la altura en los edificios». El catedrático Enrique Navarro califica la antena de «chapuza porque está muy baja».

Esta situación provoca, siempre según las conclusiones del informe, que «las zonas más afectadas sean los últimos pisos dentro de un radio de 200 metros alrededor de la estación base. Las viviendas colindantes son de dos alturas y la antena está a la altura de las terrazas con niveles de exposición por encima de lo recomendado». También alerta de que «el parque infantil, a una distancia de 30 metros de la estación base, presenta el 71% de las medidas por encima de los niveles aconsejados».

Preocupación vecinal

A tales conclusiones ha llegado el catedrático tras haber realizado, el pasado 14 de abril, un arduo trabajo de campo, con 572 mediciones repartidas por pisos de la plaza Jardín, de la calle San Juan y en el parque infantil. Todos ellos pegados al Edificio Isabelita donde se ubica la antena. Desde ese día, Inma, y su marido, Isaac, ven con malos ojos la habitación de juegos de su hija. «Nos turnamos para dormir en el sofá, para que Aurora duerma en nuestra cama y no tenga que entrar a su cuarto».

Los padres de la menor adoptaron la decisión de sacarla del dormitorio nada mas conocer que las mediciones de la habitación «alcanzaron 871 vatios por centímetro cuadrado, siendo el límite por normativa 1.000 vatios. Aunque la medida no supera la normativa, no se garantiza que no se pueda superar si la estación base atiende a más usuarios».

Por todo ello, el matrimonio ya ha hecho un donativo a la cuenta de la plataforma para financiar el litigio. Al igual que Lola, otra vecina de la calle San Juan que reside dentro del radio de acción que cita el informe. «Siempre he tenido jaquecas pero desde que instalaron la antena las sufro hasta durmiendo y son más fuertes. He tenido que ir a urgencias varias veces a que me pinchen».

Aunque no se ha demostrado la relación de los síntomas de esta vecina con los niveles de radiación, el catedrático detalla en su estudio investigaciones de otros expertos que alertan de «los efectos no térmicos» de la convivencia diaria con este tipo de instalaciones. «Efectos inmediatos que degradan la calidad de vida, como el ’síndrome de las microondas’. Los síntomas suelen ser fatiga, irritabilidad, cefalea, nauseas y anorexia...».

Elevarla entre 6 y 20 metros

En cualquier caso, los niveles que fija el Real Decreto 1066/2001 para las estaciones de telefonía oscilan entre 465 y 1.000 vatios por centímetro cuadrado, y el informe subraya que las radiaciones de la antena cumplen la ley. «Están por debajo de la normativa». No solo eso, la operadora, según la Concejalía de Urbanismo, «dispone de autorización del Ministerio de Industria y cumple los niveles de emisión». Eso sí, el catedrático Enrique Navarro puntualiza que «muchos puntos están por encima de la Resolución de Salzburgo que propuso 0,1 vatios por centímetro cuadrado para canales de telefonía móvil, y en Alquerías superan 30 veces estos niveles. Una solución sería elevar la antena entre 6 y 20 metros de altura, para reducir el impacto de las emisiones». La otra alternativa, será la vía judicial que deberá solventar esta ecuación, entre el cumplimiento de la legislación y los valores que resultan aconsejables para la salud.

«No queremos que la gente se fría en su casa»

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