MALLORCA: Sometidos a una fuerte presión vecinal. Alcaldes abogan por la concentración de antenas de telefonía en solares alejados

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Alcaldes abogan por la concentración de antenas de telefonía en solares alejados

En respuesta a las compańías, los consistorios niegan que pongan trabas al despliegue de la red

Imagen de archivo de una antena de telefonía móvil en el municipio de Andratx. Foto: Torrelló

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Sometidos a una fuerte presión vecinal. Part Forana
I. MOURE. PALMA. Alcaldes de municipios de la isla negaron ayer que pongan trabas a las compańías de telefonía móvil en el despliegue de antenas, al tiempo que reconocieron que su ubicación es una cuestión controvertida dada la "alarma social" que crean entre los vecinos. Varios de estos representantes municipales abogaron como posible solución por que se concentren estas infraestructuras en solares alejados de los cascos urbanos.
De esta forma, respondieron a las quejas formuladas por las principales compańías de telefonía móvil, que denunciaron las dificultades con que se encuentran en 10 municipios mallorquines para colocar sus antenas, lo que, en su opinión, va en detrimento del servicio. Según la patronal Redtel, estos términos son los de Manacor, Felanitx, Marratxí, Andratx, Pollença, Alcúdia, Son Servera, sa Pobla, Montuïri y Muro.
"Nosotros no ponemos trabas. Lo que pasa es que consideramos que determinados lugares del pueblo no son los más adecuados para colocar antenas por la preocupación ciudadana existente", declaró el alcalde de sa Pobla, Joan Comes (IxSP). Para conciliar la postura de los vecinos y de las compańías, Comes expuso como alternativa la ubicación de las antenas en un solar de propiedad municipal alejado del casco urbano. Una opción que, según refirió, se la ha transmitido ya a los operadores.

Terrenos específicos

Esta solución intermedia es por la que apuestan en la actualidad las máximas autoridades municipales de Pollença, Son Servera y Marratxí. El pollencí Joan Cerdà (UM) manifestó que la colocación de antenas está condicionada por el grado de protección que existe sobre el casco histórico y la abundancia de zonas ANEI en el montańoso entorno del pueblo. Con todo, explicó que se apuesta por el despliegue de la red en dos puntos concretos, sa Costa dels Moros y el Puig de Maria.
El alcalde de Son Servera, Pep Barrientos (PSOE), quien resaltó la "necesidad de unas buenas comunicaciones" en un municipio turístico como el suyo, aseguró que maneja esta misma posibilidad y avanzó que el Ayuntamiento está a punto de habilitar unos terrenos específicos para acoger dichas infraestructuras.
Eso sí, mencionó que ésta es una alternativa, pero que quizá no constituya la solución ideal, porque al alejarlas del centro las antenas tendrán que emitir con mayor potencia. Barrientos se quejó además de que los operadores de telefonía no se hayan preocupado en buscar alternativas.
Desde el ayuntamiento de Marratxí (en manos del PP), se informó de que, a medio plazo, las antenas emplazadas dentro del casco urbano de Pòrtol y sa Cabaneta serán retiradas para trasladarlas a una zona rústica de las afueras.

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Sometidos a una fuerte presión vecinal

Alcaldes abogan por la concentración de antenas de telefonía en solares alejados. Part Forana
"Existe un grave problema de alarma social. Los vecinos ven con mucha preocupación que haya una antena de telefonía cerca de sus casas. Y eso crea una gran presión", afirmó el alcalde de Manacor, Antoni Pastor (PP). Sus palabras las corroboraron la mayoría de los alcaldes consultados ayer por este diario, quienes coincidieron en que muchas veces ellos han de arbitrar en medio de la controversia entre las compańías de telefonía y los vecinos, recelosos de los efectos de estas infraestructuras.
"Políticamente, estamos en el medio. Los vecinos se quejan de que las antenas les causan molestias, ruidos y enfermedades. Pero también se ha de garantizar un buen servicio de móvil", dijo el responsable municipal pobler, Joan Comes. Los alcaldes apuntaron que, en la toma de decisiones sobre el despliegue de la red telefónica, tienen muy en cuenta la opinión vecinal. El serverí Pep Barrientos explicó que, en vista de las protestas que hacían los residentes, el Consistorio ha encargado unos estudios - aún sin concluir- para determinar el grado de peligro de las emisiones.

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