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Carmelo Santolaya Pérez, portavoz del Colectivo de Afectados por la Telefonía Móvil de Navarra

Telefonía móvil en condiciones

Diario de Navarra, 7/6/07

Lunes 11 de junio de 2007 · 2173 lecturas

Telefonía móvil en condiciones

Carmelo Santolaya Pérez, portavoz del Colectivo de Afectados por la Telefonía Móvil de Navarra

“ Para conocer la enfermedad es necesario estudiar al hombre en su Estado natural y en relación con el medio en que vive, e investigar, al mismo tiempo, las causas que han perturbado el equilibrio entre el hombre y el medio, que son los agentes exteriores tales como el aire, el clima, el agua y los alimentos”, decía Hipócrates. Soy un afectado por la telefonía móvil. Vivo cerca de unas antenas de este tipo. He experimentado una clara mejoría en mi salud siempre que he cambiado mi domicilio . Al volver a mi domicilio vuelvo a empeorar y la pesadilla se repite. Este fenómeno ha sido certificado por gran número de médicos y científicos en la famosa Declaración de Friburgo .

Tras varios ańos de protestas por parte de muchos Colectivos de Afectados por la Telefonía Móvil ante las distintas administraciones, la contaminación electromagnética debida a la tecnología inalámbrica de telefonía móvil, antenas, wifi, wimax, inalámbricos domiciliarios, etc..aumenta de forma exponencial sin que nada ni nadie pueda pararla. Paralelamente , cada día surge una nueva plataforma de afectados en cualquier parte del mundo (más de 60 en todo el Estado), sin que los medios de comunicación, políticos, ni autoridades sanitarias le den la importancia que requiere. Se está exponiendo a toda la población a radiaciones de microondas (móviles, antenas, wifi, inalámbrico, etc...) y hay estudios que avisan del grave riesgo que supone. Robert Becker, prestigioso científico y profundo conocedor del tema lo dijo cuando esta tecnología empezaba: estamos ante el mayor problema medioambiental que existe ahora en el mundo, por encima incluso del calentamiento global, la polución química y la energía nuclear. El tiempo, por desgracia le está dando la razón.

La incomprensión hacia los afectados por la telefonía móvil recuerda a la que existía hace ańos con el fumador pasivo, con el agravante de que en este caso la exposición es continua incluso en la intimidad del domicilio. Y los dańos pueden ser incluso más graves. Hay estudios que demuestran que la exposición a una antena en un radio de 400 m multiplica la incidencia del cáncer por tres. También existen indicios que relacionan las microondas con la fibromialgia , el insomnio y la electrosensibilidad cuyos índices han crecido exponencialmente tras la aparición de la tecnología inalámbrica de microondas. La sanidad pública se limita a subvencionar asociaciones que no entran a analizar este tema como posible factor causal. Se palian los síntomas, sin ir a la raíz del problema.

Da la sensación de que el negocio de la telefonía móvil puede por sí sólo arrasar todas las barreras de la prudencia y del sentido común. Y va a más. Se impone lo inalámbrico. Los partidos ponen el wifi en sus programas electorales, mucha gente está enganchada al móvil, llegándose a veces a problemas de dependencia. No hay quien pare el “progreso”. Los partidos exponen lo inalámbrico como un ejemplo de “desarrollo tecnológico” y “democracia de la información” sin atender a nuestras advertencias y lo que es peor, sin informar a la población de los posibles riesgos.

Pero aún queda esperanza. Algunos Ayuntamientos como Burlada o Viana nos han escuchado y han redactado nuevas Ordenanzas Municipales para controlar el tema. El nuevo Plan Territorial del Gobierno de Navarra aprobado el ańo pasado legalizaba muchas antenas sin licencia ante el estupor de los afectados. Según la ley, los Ayuntamientos tienen la última palabra y los colectivos de afectados deben dejarse oir. Pero el problema es de tal dimensión que si no se ataja con un cambio de mentalidad no tiene solución. Mientras la sociedad no comprenda que el consumo desenfrenado y sin control es un callejón sin salida, mientras sigamos enganchados al móvil, sin plantearnos nada más que los precios (la salud parece que vale menos que el dinero y no preocupa demasiado), seremos carne de cańón. Y luego ya no habrá remedio y nadie se hará responsable.

El Colectivo de Afectados por la Telefonía Móvil de Navarra no está contra el progreso, ni contra esta tecnología. Queremos que se investigue y que se proteja nuestra salud aplicando el principio de precaución, el principio de ALATA (los valores técnicamente más bajos posibles de emisión). Hay un gran debate y ningún acuerdo en los límites. En Navarra se permiten 200/400 microwatios/cm2 en estas frecuencias, por lo que es urgente que se modifique la ley foral de control de emisiones electromagnéticas que permite estos valores. Deben reducirse las emisones tal y como se está haciendo en toda Europa. Sin olvidar al usuario del móvil. El altísimo nivel de radiación que recibe el usuario del móvil (no lo olvidemos el 95% de la población, incluidos los nińos), se proyecta directamente en el cerebro a escasos centímetros y es mucho mayor que el recibido de las antenas.

Deben buscarse alternativas tecnológicas. Sabemos que existen. Queremos que esta tecnología nos de calidad de vida. No que nos la quite. El problema es grave y urgente y así es como deberían considerarlo políticos y autoridades sanitarias. Quizá ya es demasiado tarde para muchos. Quizá sean las generaciones futuras las que agradecerán nuestro esfuerzo de hoy.

Carmelo Santolaya Pérez es portavoz del Colectivo de Afectados por la Telefonía Móvil de Navarra