El Norte de Castilla, 16/9/06
La cara oculta del móvil
ALFONSO BALMORI/BIÓLOGO
EN el teléfono móvil depositamos nuestra confianza para solventar un apuro y su utilidad ha revolucionado la forma de asistir a una cita. Se trata de una tecnología que ha experimentado un auge impresionante por su gran comodidad. Nació para urgencias, recados o comunicaciones breves y actualmente ambiciona sustituir a la telefonía fija en la moderna adquisición de la charla a distancia. Pero, teniendo en cuenta que buena parte de la sociedad solo percibe sus indudables ventajas, es necesario desgranar algunos de los peligros que entrańa, aun a riesgo de soliviantar a algún sector que antepone el crecimiento económico a todo lo demás.
Ciertos inconvenientes no inciden en la salud física. Todos hemos padecido resignadamente alguna vez su insolente interrupción de conversaciones, reuniones, proyecciones de cine o conciertos. Está algo extendida la tendencia a utilizarlo sin mesura o incluso puede ser aprovechado por un jefe sin escrúpulos para la explotación de sus trabajadores. No nos permite ir solos por la calle, nos hace localizables en todo momento y se inmiscuye en nuestra intimidad.
Más preocupantes son sus efectos sobre la barrera hematoencefálica, las ondas cerebrales o el ADN, tan imperceptibles como las ondas que emite. Por esa razón la defensora del pueblo de Buenos Aires, Alicia Pierini, difundió recientemente una serie de recomendaciones para prevenir riesgos en la salud de la población expuesta, como mantenerse lo más alejado posible de las fuentes de radiación, fijas (antenas) o móviles, efectuar comunicaciones breves, utilizar sistemas de manos libres y evitar el uso en los lugares donde la seńal es débil. Pidió además al Gobierno porteńo que difundiera esta información. Estas recomendaciones son muy similares a las que publicó oficialmente el Ministerio de Sanidad ruso el verano del 2003.
En Francia el diputado M. Christophe Masse presentó hace unos meses una proposición de ley para reducir los riesgos para la salud pública de las instalaciones y los aparatos de telefonía móvil en la que, entre otras medidas, se prohíbe fabricar, importar o proponer la venta de los aparatos de telefonía móvil específicamente concebidos o adaptados para jóvenes o nińos. En dicha propuesta se indica que los Ministerios de Educación y Sanidad deben organizar anualmente campańas de información sobre los riesgos sanitarios ligados al uso de los móviles, y ya existe consenso para prohibir los móviles en las escuelas. Por su parte el doctor David Butler-Jones, responsable de la Agencia de Salud de Canadá, recomendó en verano del ańo pasado limitar la utilización del móvil por razones sanitarias.
Sorprendentemente, aquí, en Espańa, se ha lanzado al mercado hace unos meses el ’Play Pack’, un móvil específicamente pensado para nińos, con llamadas y mensajes restringidos, pago a cobro revertido, servicio ’localízame’, juegos y cámara de fotos. El Ministerio de Sanidad y las consejerías correspondientes de las comunidades autónomas no le han dado importancia, pero en el Reino Unido un modelo de móvil similar levantó una gran polémica y fue apartado del mercado siguiendo las recomendaciones del conocido informe Stewart.
El Secretario General de la Confederación Vallisoletana de Empresarios explicaba recientemente en EL NORTE el aumento del número y la duración de los procesos de baja por incapacidad temporal por contingencias comunes desde el ańo 2001, que amenaza con hundir la seguridad social. A primera vista parece especulativo o aventurado y puede ser calificado de alarmista proponer que este incremento, cuyas causas reales se desconocen, pueda tener alguna relación con la telefonía móvil. Sin embargo reconocidos investigadores suecos del instituto Karolinska publicaron exactamente esto en el 2004, en la importante revista ’European Journal of Cancer Prevention’. El ańo 1997 (cuatro ańos antes que en Espańa) se produjo en Suecia un punto de inflexión en la tendencia, hasta ese momento descendente, de varias enfermedades tumorales y neurodegenerativas, lo que condujo a una rápida degradación de la salud de la población. En el trabajo aludido se muestra cómo varias enfermedades e indicadores de salud tienen una alta correlación, tanto en el espacio como en el tiempo, con la introducción del sistema GSM 1800 MHz. Otro estudio de los mismos autores ha demostrado de forma impecable como los problemas de salud aumentan en las zonas donde existe baja cobertura, que son precisamente en las que el móvil emite con mayor potencia.
La estadística, que es muy testaruda, muestra que a medida que transcurre el tiempo de uso (el móvil es muy reciente en términos del proceso de desarrollo de un tumor), van aumentando los índices de este tipo de afección, y las diferencias respecto al grupo ’control’ (los no usuarios y usuarios esporádicos de móvil) van siendo cada vez más significativas. Precisamente en el último estudio realizado con los diagnósticos desde 1997 a 2003 en Suecia, la probabilidad de contraer un tumor cerebral maligno en usuarios de móvil se multiplica por 2,4 resaltando la importancia del periodo de latencia y del número de horas de llamadas, que actúan de forma acumulativa. Además los jóvenes presentan mayor riesgo que los adultos.
Por último es necesario mencionar el problema de los usuarios pasivos. La radiación que emite el móvil llega a decenas de metros y se refleja en las paredes metálicas de los trenes y autobuses produciendo el efecto campana. Para encarar este semblante oculto del móvil será necesario informar a la población y tomar medidas en los lugares públicos, como se ha hecho con el tabaco.
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