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Cuando tu hijo de 9 años te pida un móvil"¦

Viernes 29 de marzo de 2019 · 16845 lecturas



Cuando tu hijo de 9 años te pida un móvil"¦
por Miriam Leirós

España tiene 50 millones de lí­neas de teléfonos móviles, 3 millones más que su número de habitantes. A nivel mundial hay 7.800 millones de tarjetas SIM en circulación. La tecnologí­a ha facilitado nuestras vidas, somos conocedores de sus bondades, pero ¿nos hemos parado a pensar en cómo nos afecta en el dí­a a dí­a? Hay riesgos evidentes, desde la sociabilidad al necesario contacto con la naturaleza y el aire libre, que los adultos podemos calibrar, pero que con los menores debemos extremar las precauciones. ¿Sabí­as que la mayorí­a de los niños pasan menos tiempo al aire libre que un preso de alta seguridad? Los presos alta seguridad disponen de 2 horas al dí­a al aire libre. Nuestros niños pasan apenas una hora de media. Por eso, cuando tu hijo o hija te pida un móvil con 9 o 10 años"¦

Jonathan Rowe escribí­a en el año 2000 en su sección del Washington Monthly: "Hacia finales de la década de 1990, en medio del boom tecnológico, solí­a pasar mucho tiempo en un café del barrio teatral de San Francisco"¦ Allí­ tuve ocasión de observar una y otra vez la misma escena. Mami sorbiendo su café. Los chicos picoteando sus galletas, con los pies colgando de las sillas. Y ahí­ está Papi, levemente apartado de la mesa, hablando por su celular"¦ Se trataba supuestamente de una "revolución en las comunicaciones", y sin embargo allí­, en el epicentro tecnológico, los miembros de esa familia evitaban mirarse a los ojos" . En estas casi dos décadas la tecnologí­a se ha abaratado y eso ha hecho que llegase al gtran público de forma generalizada, así­ que la situación que Rowe describí­a ha multiplicado su frecuencia. La tecnologí­a ha cambiado nuestros comportamientos, nuestras relaciones sociales y también nuestra forma de consumo. El móvil, la tablet, las redes sociales forman parte de nuestra vida diaria y condiciona nuestras relaciones y modos de vida.

Hoy podemos entrar en cualquier restaurante o cafeterí­a y con una simple ojeada ver a un niño pegado a una pantalla; es una escena corriente. La imagen que puede resultar aparentemente inocente conlleva más aspectos negativos de los que se aprecian a simple vista. Por un lado, la relación familiar está siendo alterada, el diálogo e interacción con los adultos se limita o se vuelve inexistente; incluso dirí­a que la transmisión de valores puede venir más por parte de los contenidos en la pantalla que desde los adultos. Pero, y tomo palabras de Bauman, "serí­a tonto e irresponsable culpar a los artefactos electrónicos por el lento pero constante retroceso de la proximidad personal, de la contigí¼idad directa y cara a cara, multifacética y multipropósito" .

Por otro lado, están los efectos nocivos de la exposición a las pantallas, que van desde alteraciones del sueño hasta malos resultados escolares o agresividad, según el estudio Effects on children´s cognitive development of chronic exposure to screens , de la AAP (Asociación Americana de Pediatrí­a). En España, casi un 70% de los niños tienen móvil propio a partir de los 10 años, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadítica). Así­ que, a partir de esa edad, quedan expuestos a riesgos como los que pueden entrañar las redes sociales, riesgos que en la mayorí­a de los casos desconocen. Entre ellos, el acceso a contenidos inapropiados, exposición al sexting, al ciberacoso, etc"¦ Sumados a estos peligros más evidentes, debemos tener en cuenta que exponemos a nuestros hijos a información de todo tipo en unas edades en las que todaví­a no tienen criterio propio, y si las fake news llegan a colarse entre los adultos imaginad qué no harán entre estas edades. En sus manos dejamos herramientas como las redes sociales que modifican su sociabilidad y hasta su capacidad de concentración.

La fragilidad de las relaciones sociales y familiares

Gary Small en su libro El cerebro digital nos habla por un lado de las bondades de la tecnologí­a, de cómo estas han cambiado nuestro cerebro aumentando nuestra capacidad de sí­ntesis y retrasando su degradación, pero también nos insta a recuperar la comunicación cara a cara, y comenta las deficiencias que presentan los nativos digitales para desarrollar relaciones personales í­ntimas, fuertes y saludables.

Además de los efectos sobre la salud y la alteración en las relaciones sociales y familiares, hemos de abordar otros dos grandes aspectos: el tiempo que niñas y niños pasan en interiores, lejos de la naturaleza, y la relación del consumo de tecnologí­a con el medioambiente. EN El primer punto retomo las recomendaciones de la AAP, entre ellas figura establecer "zonas libres de pantalla" en el hogar, y señala que es importante para los niños emplear su tiempo en juegos al aire libre, lecturas y aficiones. Sí­, juegos al aire libre, algo tan sencillo que, sin embargo, suena a odisea. ¿Sabí­as que la mayorí­a de los niños pasan menos tiempo al aire libre que un preso de alta seguridad? Los presos alta seguridad disponen de 2 horas al dí­a al aire libre. Nuestros niños pasan apenas una hora de media. Los datos se han extraí­do de las respuestas de más de 12.000 familias encuestadas por todo el mundo por el programa Ensuciarse es bueno puesto en marcha por Skip y cuyo objetivo toma forma en Free the Kids. El Foro Económico Mundial ha avalado estos datos y muestra preocupación por ellos y la falta de juego libre; argumenta que este hecho dificultará encontrar lí­deres, exploradores y creadores en el futuro.

El alejamiento de la naturaleza

Más próximo en espacio y tiempo, el catedrático en Psicologí­a Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid José Antonio Corraliza afirma: "El sistema nervioso no está preparado para este alejamiento de la naturaleza y para vivir únicamente en espacios artificiales. La naturaleza proporciona equilibrio y tranquilidad a las personas. En la ciudad ocurre lo contrario. Por eso se satura y siente más violencia en las zonas urbanas" . Volvemos así­ a hablar del Trastorno por déficit de naturaleza que acuñó Richard Louv, en su ya bestseller Los últimos niños en el bosque.

Llegamos a la naturaleza y con ella al segundo punto que comentaba, la relación de nuestro consumo tecnológico con el medioambiente. La relación es negativa, no sólo por la contaminación de los componentes de los dispositivos electrónicos, o por el hecho de que una baterí­a de litio puede contaminar hasta 600.000 litros de agua, o por la cantidad de agua que se necesita para extraer litio. Pongamos un ejemplo: el de Bolivia. Los rí­os Colorado y Grande de Lí­pez desaguan en un salar para la extracción del mineral; ambos cauces son fundamentales para la producción de quinoa, de la que Bolivia es el segundo productor después de Perú, pero el litio se paga a más del doble que dicho alimento, y en el sistema capitalista la rentabilidad es la que manda.

Hasta aquí­ dos problemas importantes, vamos con un tercero: los llamados "minerales de sangre" . El cobalto y el coltán son extraí­dos de minas africanas en condiciones infrahumanas por niños en jornadas de más de 12 horas; hecho ya denunciado por Amnistí­a Internacional en 2016, pero hoy la situación no ha mejorado demasiado. En concreto, en la República Democrática del Congo la minerí­a ilegal explota a niños, contribuye a la deforestación y aniquila hábitats de cientos de especies. Así­ que quizás la próxima vez que salga a la venta el próximo modelo de móvil, en vez de correr a por él deberí­amos pensar si todo ese proceso productivo no merece que alarguemos la vida de nuestro dispositivo, y así­ deberí­amos hacérselo entender también a nuestros hijos adolescentes cuando nos demanden ese último modelo.

Frente a estos aspectos negativos se atisba una tendencia positiva: el número de móviles reparados el pasado año aumentó frente a la venta de los nuevos. Reparar frente a tirar. Esta tendencia, aunque todaví­a muy pequeña y que responde más a un criterio económico que de sostenibilidad, ayuda a luchar contra el impacto ecológico, los residuos tecnológicos, y contra la obsolescencia programada. Otra forma de reciclaje es la llevada a cabo por el Instituto Jane Goodall España: la campaña llamada "Movilí­zate por la selva" trata de reutilizar los terminales, reducir la demanda de sus componentes, gestionar de forma adecuada los elementos contaminantes de los mismos y recaudar fondos para proyectos educativos en el Congo y el cuidado de especies rescatadas. Para contribuir con esta iniciativa basta con enviar los móviles obsoletos que tengamos olvidados en cualquier cajón de casa.

Recomendaciones para tratar este tema con tus hijos

" Establece lí­mites de uso del móvil en cuanto a tiempos, espacios y situaciones.

Habla con ellos sobre los riesgos de las redes sociales.
Explí­cales que el móvil tiene muchas ventajas, pero que su socialización no puede limitarse al espacio digital.
Ofrece a tus hijos momentos de contacto con la naturaleza.
Cuando pida un nuevo modelo, explí­cale de donde procede su móvil y la trazabilidad de los minerales necesarios para su fabricación.
Enséñale a demorar su satisfacción, un sacrificio importante en tiempos de velocidad.
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