¿Desinformación?

El mundo está lleno de mentiras. Nada es lo que parece, y normalmente, los intereses económicos están por encima del bien, y del mal. Pero todo acaba llegando; ha llegado a Marbella, y al paso que vamos, llegará a Valladolid, León, Benicassim, Santiago de Compostela, Ferrol, Zaragoza, Navarra, Salamanca, etc...

En todos estos lugares, y en muchos más de toda Espańa, toda Europa, y todo el mundo, se están produciendo movilizaciones ciudadanas en contra de antenas de telefonía. Todos tienen un mismo denominador común: Antenas, y estadísticas de enfermedades que disparan lo que algunos científicos calificarían como "riesgo asumible".Entorno a ello, casi siempre la misma situación: ilegalidad urbanística.

En su momento, alguien deberá asumir la responsabilidad de permitir que, impunemente, las operadoras campen a sus anchas por las ciudades sin que ninguna autoridad les ponga freno, pero bueno, parece ser que mientras se transmita el mensaje de que las antenas no son nocivas, no hay posibilidad de imponer dicha responsabilidad. Eso lo piensan ellos, el tiempo dirá. Mientras tanto, estos movimientos ciudadanos deben prepararse para oír, y escuchar (que a veces no tienen nada que ver)el mismo mensaje "oficial".

Todos ellos, tarde o temprano, recibirán la visita de "insignes" y "prestigiosos" científicos, que les informarán de que esto es cosa de cuatro locos alarmistas, y que es producto de una gran desinformación.

Yo, de momento, quiero asumir esa desinformación porque, obviamente, quizá mi gran defecto sea que me falta la información que suministran los operadores de telefonía, y las empresas de electricidad. Yo soy un desinformado que va a ponerse a la tarea, y a buscar la información; pero claro, toda la información. Por ejemplo, quiero saber quienes son las voces más autorizadas que dicen que no pasa nada, y que debo estar tranquilo, así quizá sepa a quién debo creer.

El primero del que me han hablado es el Dr. Repacholi. Me he informado, y resulta que este seńor hace unos ańos firmó un estudio en el que observaba los efectos perniciosos de la telefonía móvil en ratones. Entonces sí había efectos, y hoy, cuando es Director de Campos Electromagnéticos de la Organización Mundial de la Salud, dice que no hay ningún tipo de efecto pernicioso. Eso sí, también me he informado, y resulta que ha sido denunciado por varios de sus compańeros por cobrar dietas (de charlas y conferencias)de las operadoras y compańías eléctricas, en contra del Código Ético de la OMS.

El segundo es un espańol, el Dr. Úbeda. Me he informado, y parece ser que lleva muchos ańos en esto, y que ha trabajado alguna vez que otra para las compańías. Ahora dice que no hay nada demostrado, aunque se quejó amargamente de que la Unión Europea les cortara la financiación del estudio REFLEX, según el cual 12 laboratorios de 7 países diferentes de toda Europa llegaron a una conclusión: Las radiaciones de la telefonía móvil pueden tener capacidad para romper las moléculas de ADN. Para él parece ser que no es un efecto muy grave, pero mire, de momento mi ADN es mío, y prefiero que se rompa cuando yo quiero.

El tercero, de Valladolid, un paisano, es lo que se denomina en jerga futbolística "un crack mediático": El Dr. Represa. Siempre habla de alarmismo, y desinformación, y siempre niega que algún estudio relacione la telefonía con determinadas enfermedades. Supongo que es algo que le "agradecen" cada día sus compańeros Gómez Perreta, Hardell, Hyland, Santini, o los que antes mencionaba del estudio REFLEX. Supongo, igualmente, que nada tendrá que ver que él sea el perito preferido de las operadoras para intervenir en los juicios, o que sus amigos del Partido Popular le llevaran de gira por toda Espańa para "informar" de que no hay ningún estudio que demuestre que se produzcan efectos. Sin embargo, parece ser que siempre se olvida que él mismo interviene en algunos trabajos en los que no dice exactamente eso. Particularmente, a mí no me importa si ha sido condenado por malos tratos alguna vez, o está incurso en algún procedimiento de violencia doméstica en la actualidad; es más, tampoco me parece importante que la Universidad de Valladolid le acuse de absentismo laboral, pero claro, es información, y según él mismo, esto es un problema de desinformación.

Voy a hacerle caso. Voy a informarme. De momento, Sr. Represa, ¿me vale con esto o debo seguir informándome?. Quizá algún día tenga tiempo y pueda leerme tranquilamente el listado de cientos de estudios que dicen todo lo contrario que usted, y de los que sigue negando que existan, pero con una condición: que usted también se los lea, igual los dos aprendemos algo.