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Asociación Vallisoletana de Afectad@s por las Antenas de Telecomunicaciones - AVAATE

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Avaate: una consecuencia lógica

Nacimiento y evolución de la Asociación de Afectados

Martes 22 de noviembre de 2005 · 1775 lecturas

Decía un gran filósofo que “la evolución es producto del azar y la necesidad”, y que razón tenía. Sin embargo, en este caso, la sensación que queda es que todo es una consecuencia lógica que, más tarde o más temprano, vería la luz.

Decía un gran filósofo que “la evolución es producto del azar y la necesidad”, y que razón tenía. Sin embargo, en este caso, la sensación que queda es que todo es una consecuencia lógica que, más tarde o más temprano, vería la luz. La proliferación exagerada sin ningún tipo de control y análisis previo de teléfonos móviles y Antenas de Telefonía no respondía a los mínimos cánones del sentido común.

En este caso, a principios del siglo XXI, a la vez que a la Federación de Asociaciones de Vecinos “Antonio Machado” llegaban las primeras informaciones sobre el peligro que iba a suponer la proliferación masiva y descontrolada de los teléfonos móviles, y sobre la duda más que razonable acerca de la inocuidad de las radiaciones producidas por las Antenas de Telefonía en general, y las de Telefonía Móvil en particular, empezaron a surgir casos de enfermedades que, como el cáncer o la leucemia infantil, tenían relación con las famosas radiaciones. En concreto, surgen tres casos de leucemia infantil en el Colegio Público García Quintana, y la Asociación de Padres de Alumnos de dicho colegio comienza sus movilizaciones.

En ese momento, y como concreción del trabajo que previamente se había realizado, la Federación crea un grupo de trabajo estable que se empieza a reunirse todos los jueves, con la única intención de dar una respuesta a quienes hasta allí se acercaban en busca de ayuda y de concienciar a la población de Valladolid de la verdadera magnitud del problema que se avecinaba.

Transcurrían los meses y el volumen de información recabado, los contactos iniciados con Asociaciones de toda Espańa, la cantidad de personas que pedían ayuda al grupo y la cantidad de denuncias presentadas contra Antenas ilegales de toda la ciudad, había aumentado en un porcentaje inimaginable; la cuestión no tenía freno y el grupo estaba empezando a tener una entidad y personalidad que hacían recomendable dar un paso más adelante.

Así, en Mayo de 2002, se crea la Asociación Vallisoletana de Afectados por Antenas de Telecomunicaciones, constituida en un principio por 20 personas, con domicilio en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos “Antonio Machado”, y con el objetivo claro de que, al margen de ideologías o creencias y sin estar mediatizados por intereses políticos, económicos o publicitarios, el trabajo altruista de AVAATE iría encaminado a informar y concienciar a la población de la provincia de Valladolid de que la precaución, hoy por hoy, es la única posibilidad de hacer frente a una amenaza cuyas consecuencias se pueden empezar a ver dentro de varios ańos.

Desde entonces, varias decenas de personas han pedido información y ayuda, se han realizado dos mapas electromagnéticos de la ciudad de Valladolid, se han presentado a la opinión pública varias Conferencias Internacionales donde los científicos advierten de esta problemática, se han presentado más de 2.000 alegaciones al proyecto de Ordenanza del Ayuntamiento de Valladolid, se ha intervenido en Plenos municipales para exponer nuestras propuestas, se ha demandado a las operadoras por publicidad engańosa, se han ampliado los contactos con Asociaciones de toda Espańa y del extranjero, se ha colaborado con Asociaciones de Vecinos en la organización de charlas-coloquio, se ha participado en las reuniones periódicas que a nivel nacional se desarrollan en Madrid, se han iniciado procedimientos judiciales frente a decisiones de las Administraciones que contravienen el interés general de los vallisoletanos y vallisoletanas, y fundamentalmente, se ha luchado y se seguirá luchando por poner un poquito de sentido común en esta sociedad de la información y el consumo que pasa por encima de los derechos más elementales de las personas con el único objetivo de incrementar las cuentas bancarias.